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David Rivas desvela en su pregón de la Fiesta de la Vendimia el maridaje perfecto: vino y música

Durante los días festivos, Toro ofrece a los miles de personas participantes un programa amplio y variado de actividades, como el Mercado Medieval, diferentes conciertos, eventos relacionados con el vino o el tradicional desfile de carros engalanados a la antigua usanza

La Fiesta de la Vendimia 2024 de Toro dio comienzo oficial con el pregón que ofreció el músico y compositor toresano David Rivas Domínguez, tan buen embajador de la ciudad por todo el mundo como lo es el vino de la Denominación de Origen Toro. Una unión que plasmó Rivas en su discurso al afirmar que «la música, mi vida, y el vino, la vida de muchos de vosotros, del pueblo en general, siempre han estado unidos«, maridaje sobre el que fundamentó su pregón, tratado desde distintos aspectos.

Ya desde el inicio proclamó que su pretensión era la de «ensalzar el vino de Toro«, al que considera «uno de los grandes motores de nuestra economía local, y el mayor embajador de nuestra tierra», lo que consigue que «Toro y su Alfoz sean conocidos en todo el mundo». Y aquí introdujo la primera de sus referencias a la cercanía y semejanza entre la música y el vino, pues aseguró que, al igual que él, como músico, «estoy ilusionado y empeñado en el propósito de que la música cambie, para mejor, este convulso mundo y siga siendo un lenguaje universal y punto de encuentro entre los habitantes de nuestro planeta, todos diferentes… todos iguales», se mostró igual de convencido de que «si los líderes mundiales, en sus tomas de decisiones, se acompañaran de una buena copa de vino de Toro y de una buena música, es muy probable que el mundo fuera más por el lado de los buenos».

Señaló también que el vino de Toro «está de moda», puesto que «raro es ya el restaurante, bar o casa particular donde no te ofrezcan un buen vino de Toro, tanto dentro del país como fuera», algo que él ha comprobado en primera persona a lo largo de sus numerosos viajes, tanto por diversos lugares de España como por otros países, en los que también aprovecha siempre para ejercer como «embajador» del vino de Toro, pues «rara es la ocasión en la que no llevo alguna botella de regalo a los directores de diferentes bandas«, detalle por el que «se alegran mucho», momento que «yo aprovecho para ensalzar, no sólo las bonanzas del vino de nuestra denominación, sino también de nuestra ciudad y de sus gentes en general«.

Sin embargo, como precisó, el buen momento que vive el vino de Toro «no se ha producido por generación espontánea», sino que «es fruto del trabajo, desde hace ya muchos años, de empresarios, bodegueros, trabajadores, vendimiadores, instituciones…«, recordando así que los buenos resultados se logran con un «todos a una» que, en su opinión, «debería ser un lema constante y duradero», aunque «por desgracia, no siempre aplicamos al cien por cien». Por tanto, y si bien considera que «se está trabajando mucho y bien«, también añadió que «debemos tener claro que el trabajo en equipo, y todos remando en la misma dirección, es el trabajo que más y mejores resultados nos va a dar».

En este sentido, Rivas incidió en que la Fiesta de la Vendimia «merece ya, por méritos propios, la declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional», consecuencia del «gran trabajo llevado a cabo durante todos estos años». Y no dudó en resaltar que «para mí es ya la fiesta más grande del año en Toro«, lo que no es excusa para «relajarnos ni conformarnos», de modo que «debemos seguir apostando por un gran programa de actividades de calidad para que propios y extraños disfrutemos de unos días de ocio, cultura y fraternidad» durante los cuales «el vino siga siendo el punto de encuentro y donde los toresanos podamos seguir haciendo gala de nuestra hospitalidad«.

Destacó el pregonero que la Fiesta de la Vendimia «se ha convertido en uno de los reclamos turísticos más potentes con los que cuenta nuestra ciudad», en unos días en los que «Toro cuadruplica su población y la alegría, la fraternidad, el folclore, la tradición y la cultura van juntas de la mano».

No obstante, comentó que «no siempre fue así» y echó mano de sus recuerdos de infancia y adolescencia para compartir con el público que llenaba el teatro Latorre algunos de sus primeros recuerdos de la Vendimia, que no eran otros que el de ver pasar por Antona García los remolques cargados de uvas, a los que «los chicos del barrio nos encaramábamos en la parte de atrás para coger algún racimo de uvas», así como «la imagen mental» de «las fuentes de vino que se celebraban en la Glorieta«, en las que «el ambiente que se creaba era espectacular y la vaquilla no sabía hacia dónde embestir de la cantidad de gente que había», y que tiempo después «se trasladaron al campo de fútbol de Santo Domingo».

Por otra parte, mencionó también las jornadas gastronómicas que se celebraban durante la Vendimia hasta hace pocos años y, junto con «mi reconocimiento a los propietarios de los seis restaurantes que las crearon e impulsaron«, propuso que se retomen «en un futuro cercano», reconociendo así «lo importantes que fueron en sus días, para que vino y buen yantar fueran de la mano, y fuesen, además, reclamo para turistas».

También dedicó parte de su pregón a «uno de los atractivos más potentes de esta fiesta en la actualidad», el desfile de carros engalanados, que en sus inicios era «muy diferente», dado que en los años 90 desfilaban «no más de 20 carros», aunque «aún así eran bastantes comparado a los años 70», y «sin las decoraciones tan espectaculares que podemos ver hoy en día y con menos acompañamiento musical… nuestra querida Banda La Lira y poco más». Añadió que «el primer desfile de carrozas y carros se remonta al año 1972» y afirmó que «debemos agradecer a las primeras familias que se animaron a salir con sus carros y sus burros en el desfile, así como a las personas que tuvieron esta gran idea y a los organismos e instituciones que apoyaron tal iniciativa».

Rivas resaltó, además, que Toro es «un pueblo participativo» y que «es por esa participación ciudadana» por lo que todas las fiestas del municipio «gozan de un gran éxito», ya que «sin el pueblo, sin los ciudadanos, nuestras tradiciones y nuestras fiestas caerían en saco roto o se habrían perdido por el camino». Además, señaló que a la «excelencia y originalidad» con la que cuenta la Fiesta de la Vendimia también contribuyen otros elementos que se fueron añadiendo con el paso del tiempo y su consiguiente evolución, como la creación de los concursos de escaparates y literario, el festival flamenco, el concurso de pintura rápida, los «grandes pregoneros», las millas urbanas de atletismo o el mercado medieval. Al final, matizó, «la Fiesta de la Vendimia es hoy en día un gran escaparate gracias a la suma de todo lo planificado durante más de 50 años, y donde han intervenido instituciones, organismos, empresarios y los propios ciudadanos, protagonistas indiscutibles de la fiesta», así como el trabajo «de los bodegueros y sus trabajadores», de modo que «entre todos, se consiguió la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional«.

Y la segunda parte de su pregón, como no podía ser de otra manera, el compositor toresano la dedicó a tratar interacción que existe entre la música y el vino, una relación «mutua de siglos» sobre la que «he leído bastante». Explicó que «ya en el siglo V, el vino era una de las bebidas más consumidas», de modo que «los juglares empezaron a incluir al vino dentro de sus poesías y cantares», de manera que «asociar esta bebida al buen humor, a un buen momento, al disfrute, es algo que la música medieval ya reflejaba hace siglos«.

Desde entonces, «los artistas de géneros muy diversos han cantado al vino, hablando de él como un acompañante en los momentos tanto de gloria como de desdicha», y es que la relación «íntima» entre música y vino hace que compartan «desde alegría hasta pena, amor y tristeza, fiesta y relajación». Por eso, matizó, «la música lleva mucho tiempo utilizando el vino como pilar e inspiración para componer sus canciones«; de hecho, apostilló, «incluso algunos artistas, clásicos y modernos, sin importar estilo o época, seguramente, se bebieron varias copas de vino antes de crear algunas de sus obras maestras más conocidas». Además, añadió que el vino «es el hilo conductor de un creciente número de festivales de música, como Sonorama, de Aranda de Duero, o nuestro VinToroRock».

Por otro lado, Rivas también trató un aspecto menos conocido, el hecho de que «el sabor del vino cambia con la música«, y así, indicó que «varios estudios psicológicos han demostrado que existe una relación entre las connotaciones que percibimos del vino y la música que escuchamos», un fenómeno que se denomina «maridaje sonoro u oenostesia«.

Además, señaló otras investigaciones que recogen en sus estudios cómo «la música, y más concretamente las vibraciones que produce, ha demostrado ejercer una importante influencia sobre diversos aspectos relacionados con el cultivo de la vid y la elaboración del vino«. Y no dejó de hacer mención al «auge del enoturismo«, con el que «cada vez resulta más habitual que las bodegas ambienten con música sus instalaciones para crear una atmósfera agradable con la que recibir a sus visitantes». Por tanto, y ante el aval que proporciona la ciencia, animó a los bodegueros de la D.O. Toro a «poner una sintonía a sus vinos».

Para finalizar su pregón, David Rivas invitó a los presentes a que «compartamos vida, ilusión, trabajo, música y vino», así como a que «alcemos nuestras imaginarias copas y brindemos todos a una, como si fuéramos los músicos de una orquesta de la que emana la bella banda sonora de nuestra Fiesta de la Vendimia«.

Y tras las palabras del alcalde de Toro, Rafael González, y la valoración de la campaña de vendimia actual por parte del presidente de la Denominación de Origen Toro, Felipe Nalda, el pregonero, autoridades locales y provinciales y el presidente de la D.O. realizaron el tradicional brindis oficial por la nueva añada del vino de Toro.

Brindis oficial por la nueva añada del vino de Toro. Foto C.G.

 

Mercado Medieval y actividades para todos

La Fiesta de la Vendimia de Toro, declarada de Interés Turístico Regional, concita cada octubre a miles de personas en la ciudad, una ciudad cuyo mayor exponente, el vino de su denominación de origen, es el protagonista de una fiesta que se ha consolidado como la más atractiva para el público, tanto el local como el foráneo.

Y este público, las miles de personas que dan vida al municipio durante los cuatro días de la Vendimia, cuenta con un amplio y variado programa de actividades, pensadas para todas las edades y en las que participan todos con gusto, lo que se puede observar cada año en los eventos que completan su aforo, así como en la multitud que llena a todas horas las calles de la ciudad cermeña.

El Mercado Medieval no sólo llena de colores, olores y sabores las principales plazas y vías locales, sino que también entretiene con sus pases de música itinerante, sus danzas, sus malabares, sus exhibiciones de aves rapaces, sus espectáculos infantiles, sus espectáculos de fuego… y con sus talleres de manualidades y juegos infantiles, sus atracciones para los más pequeños, su taller de alfarería o su zona de gastronomía.

Mercado Medieval en la Fiesta de la Vendimia de Toro. Foto Marisol Cámara

No faltó la música a lo largo de los días festivos, con diferentes conciertos, el vermut musical, el ya imprescindible tardeo o sesiones de varios Dj’s, además del flamenco y el Festival Nacional de Folclore «Ciudad de Toro», que ya ha ofrecido su XI edición.

Y, por supuesto, también se dedicaron diferentes eventos al vino de Toro, con la VI Cata Popular de Vinos, organizada por los bares LaTinta y El Cabildo; la cata de vino que cada año organiza el Consejo Regulador de la D.O. Toro; el VII Taller Wine Mixology dirigido por el maestro Óscar Díez, de Bodegas Díez Gómez; la fuente de vino en la plaza de toros y el XIII Concurso Comarcal de vinos caseros «Premios Lagarejo».

Por su parte, el Certamen de Pintura Rápida dejó como ganador al vallisoletano Vicente Huerta Nogales, mientras que el segundo premio recayó en Manuel Ángel Serantes, de Ponferrada, y el tercero lo obtuvo el segoviano Pedro Cebrián.

El tradicional desfile de carros engalanados a la antigua usanza, uno de los principales atractivos de la Fiesta de la Vendimia, ofeció en esta ocasión el discurrir pausado de más de 40 carros tirados, como era el uso y costumbre de antaño, por burros. Y cada uno de ellos acompañado por familias o grupos de amigos, vestidos para recrear perfectamente los atavíos propios de la labor de vendimia, que, además, siempre invitan al público asistente a las diversas y sabrosas viandas que portan en las cestas, repletas, como es habitual, de manjares típicos, tanto de la tierra toresana como de la época, así como de vino de Toro.

Tras el desfile, el alcalde, Rafael González, el presidente del Consejo Regulador, Felipe Nalda, y el pregonero de la Vendimia, David Rivas, entregaron el premio al mejor carro engalanado, que fue a parar al presentado por un grupo de la localidad vecina de Vezdemarbán, y el reconocimiento por su contribución a la Fiesta, que fue otorgado a la toresana Puri González Fortuoso.

Fotos C.G. y Marisol Cámara

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