No sabía qué hacer y empecé haciéndome
La mano es lo primero que una persona ofrece a otra. Nos damos a los demás a través de nuestras manos.
Una mano. Parece algo muy simple… No obstante, quizá es más complejo de lo que parece a primera vista.
La mano con la que comienza ese regalo generoso que es el arte. La mano que sujeta la anilla del cuaderno de dibujo, la que inicia todo. Muestra un momento íntimo, en la soledad y la emoción de la creación artística. Renacimiento, inspiración, vulnerabilidad, pero también una fuerza interior que permite romper esa barrera invisible entre la creación personal y la generosidad de ofrecer esa creación a los demás. La mano que abre el alma del artista, que la entrega, siempre con un cierto temor y con sentimientos encontrados porque el artista, con su arte, siempre se entrega, inevitablemente, a sí mismo.
Y, sin embargo, no es esta mano la que dibuja. No parece que tenga relevancia, pero en realidad realiza una labor importante; sin ella, ningún dibujo llegaría a su perfección. Esta mano sujeta el papel, da estabilidad, un punto de apoyo. Una mano dibujada a lápiz. Simboliza, de esta manera, la importancia de lo sencillo, de lo aparentemente pequeño, incluso carente de interés, de aquello en lo que tantas veces ni siquiera reparamos, pero que suele suponer la base sobre la que se asienta lo que sí podemos ver, lo que apreciamos, lo que valoramos, que surge y se sustenta sobre los gestos pequeños, los que con frecuencia ni siquiera llegamos a ver, pero que son tan necesarios…
La mano es lo primero que una persona ofrece a otra. Nos damos a los demás a través de nuestras manos. La mano es entrega, completa el abrazo, ofrece cariño, caricia, delicadeza, acogida, apoyo, ayuda. La mano evita nuestra caída o nos levanta si ya hemos caído. Refleja el amor que ponemos en todo lo que hacemos. La mano es frágil y fuerte al mismo tiempo. Y puede hacer tanto daño como amor puede ofrecer. La mano es poderosa, precisamente, porque puede quitarnos o darnos todo, porque es la que muestra la esencia de nuestro corazón.
Texto Marisol Cámara
Ilustración Ele Pozas
Me ha encantado: ciertamente es nuestro punto de encuentro con el otro, nuestra fortaleza y debilidad, nuestro lazo de unión y nuestra defensa.
Un artículo precioso y una ilustración más que delicada.
Muchas gracias, Javier. Nos alegra que te haya gustado.
Me encanta el dibujo y me encanta el texto
Muchísimas gracias, Flora.